18 de junio de 2013

EN EL CENTRO DE MAYORES: Maltrato en la vejez: “la vejez es el presente de algunos y el futuro de todos”

Con motivo de la celebración, el pasado sábado 15 de junio del Día Mundial de Toma de Conciencia de Abuso y Maltrato en la Vejez, os dejamos un artículo sobre los malos tratos y el abuso a las personas mayores:

¿A qué nos referimos cuándo hablamos de malos tratos a las personas mayores?
Se considera que la vejez es el período de la vida en que las personas, debido a la pérdida de su capacidad física, ya no pueden desempeñar las funciones familiares o laborales que les corresponden. En este período de su vida, son más vulnerables y se encuentran más expuestos a sufrir situaciones de negligencia, violencia y/o abuso.
Se puede definir el maltrato como:“Acción única o repetida, o la falta de la respuesta apropiada, que ocurre dentro de cualquier relación donde exista una expectativa de confianza y la cual produzca daño o angustia a una persona anciana”. (Toronto, 2002).
Es importante tener en cuenta que el maltrato afecta a todas las clases sociales en todas las edades y ocurren en cualquier entorno o medio, sin distinguir entre niveles socioeconómicos. En el caso de las personas mayores, el maltrato se produce en una situación caracterizada por el “desvalimiento” y la fragilidad que puedan estar viviendo los mismos, así como por la falta de recursos o de redes de apoyo.

Según diferentes estudios, las personas mayores con las siguientes características tienen más riesgo de sufrir maltrato: ser mujer, tener entre 60 y 74 años, bajo nivel económico y de instrucción, estar separado/a o divorciado/a, tener una mala salud percibi­da, ser dependiente tanto para las actividades básicas como instrumentales de la vida diaria, presentar puntuaciones altas en ansiedad y depresión, tener una baja calidad de vida, no tener apoyo social, estar sobrecargados, presentar ries­go de malos tratos hacia la persona que cuidan, presencia de estereotipos nega­tivos asociados al envejecimiento y preocupación por la vejez.
¿Qué tipos de maltrato hay?
Es importante señalar que el maltrato de las personas mayores se puede cometer tanto por acción como por omisión y que puede ser intencional o no.
La calificación de una conducta como maltrato, descuido o explotación dependerá, probablemente, de la frecuencia con que se produzcan, su duración, gravedad y consecuencias, y, sobre todo, del contexto cultural.
De forma resumida, podemos encontrar los siguientes tipos de maltrato:
Maltrato (abuso) físico
Son acciones realizadas voluntariamente con la intención de provocar daño o lesiones físicas (corporales). Se reconoce por las marcas que dejan: hematomas, heridas, fracturas de huesos, quemaduras… También se considera maltrato físico, las restricciones de movilidad y confinamientos innecesarios con medios no apropiados.

Maltrato psicológico
Se puede reconocer cuando hay agresiones repetidas de tipo verbal (gritos e insultos) o gestual, intimidaciones o amenazas que provocan daños psicológicos. La persona mayor puede sentir miedo, angustia, pena, dolor emocional, estrés…

Abuso sexual
Cualquier contacto físico sin consentimiento que utiliza fuerza, amenazas y que además puede realizarse aprovechando la situación de discapacidad física, psíquica y del deterioro perceptivo-cognitivo de la persona mayor.

Abuso económico
Cuando se utilizan de manera ilegal o no autorizada los recursos económicos o las propiedades de la persona mayor.

Negligencia
Ocurre cuando no se atienden o se omiten las necesidades básicas de la persona mayor, aún a sabiendas de que precisan apoyo. Estas necesidades que resultan descuidadas se refieren a: vestido, alimentación, higiene personal, movilidad, salud, vivienda…

Abandono
Se considera así cuando existe una abandono completo de la persona responsable de cuidados hacia la persona mayor que depende de otros. Puede ser dejada en una institución, lugar público o en el propio domicilio, sin supervisión ni apoyo.

Vulneración de derechos
Supone la pérdida del derecho a la intimidad o privacidad, al uso y disfrute de sus pertenencias, la negación del derecho a decidir sobre aspectos de la vida privada como recibir visitas o relacionarse con amigos, así como el desalojo del propio domicilio (acoso inmobiliario).

Todas las formas de malos tratos llevan implícita una vulneración de los derechos de las personas mayores.

¿Qué indicios pueden dar lugar a pensar que estamos ante una situación de malos tratos?
Indicadores físicos:
Desnutrición o deshidratación, mala higiene corporal, del vestido o de la ropa de cama. Lesiones físicas frecuentes e inexplicables, hematomas en distintos estadios de evolución. Caídas reiteradas.

Indicadores psíquicos:
Los trastornos psicológicos se pueden relacionar con la aparición en la persona mayor de ansiedad, irritabilidad, trastornos de la memoria, depresión, angustia, baja autoestima y aislamiento social entre otros. La persona muestra una actitud de retraimiento y miedo. El caso
extremo serían tentativas autodestructivas, llegando incluso al suicidio. Estos trastornos psicológicos pueden conllevar también disfunciones físicas (mareos, dolores de cabeza, trastornos digestivos y de la alimentación…).

Indicadores económicos:
Puede ser que la persona mayor desconozca o muestre una preocupación exagerada por su situación económica. Observar si se está privando de cosas que realmente necesita, pierde objetos de valor, joyas o dinero…
Pueden observarse también gastos inapropiados, bloqueos de su cuenta o conductas sospechosas como la firma de documentos por personas que habitualmente no pueden hacerlo.

¿Por qué es importante detectar las situaciones de malos tratos?: las consecuencias del maltrato en la vejez.
Para los adultos mayores, las consecuencias del maltrato pueden ser especialmente graves. Se trata de personas físicamente más débiles y más vulnerables que los adultos más jóvenes, sus huesos son más quebradizos y los procesos de convalecencia son más prolongados. Una lesión relativamente leve en un adulto mayor puede causar daños graves y permanentes. Más del 70 % de nuestros adultos mayores sobreviven con ingresos limitados, de modo que la pérdida o la sustracción delictiva de una suma de dinero, por pequeña que sea, puede tener un impacto significativo.
Muchos mayores viven aislados, solos o atribulados por alguna enfermedad, y en ese caso están más expuestos a convertirse en blanco de algún fraude. Los adultos mayores maltratados tienen graves dificultades emocionales; la depresión o las dificultades psicológicas son más frecuentes en los ancianos maltratados que en sus pares no maltratados.
Existen otros síntomas asociados con los casos de maltrato, como los sentimientos de impotencia, alienación, culpa, vergüenza, temor, ansiedad, negación, el estrés postraumático y aumenta el riesgo de muerte.( Dr. Robert Neil Butler)
¿Qué se puede hacer si tenemos sospechas de encontrarnos ante un caso de malos tratos?
Cualquier persona o profesional que piense que una persona mayor puede estar sufriendo una situación de malos tratos tiene la obligación ética y legal de informar de esta situación a los Servicios Sociales.
Realizar una notificación no es poner una denuncia. Significa informar a los Servicios Sociales de que esa persona puede encontrarse en peligro o que se está viendo dañado a causa del comportamiento de su familia. La notificación no es sólo una obligación legal y moral, sino, fundamentalmente, un acto de responsabilidad y protección hacia las personas mayores.
Es importante tener en cuenta que para notificar esta situación no es necesario estar totalmente seguro de que está sucediendo. Basta con tener sospechas razonables. Estas sospechas se basarán en la presencia de los indicadores descritos anteriormente, sin que sea responsabilidad de las personas que notifican verificar esas sospechas.
Los Servicios Sociales disponen de profesionales y equipos preparados para ello, y lo harán con la máxima celeridad, profesionalidad y respeto y cuidado hacia esa persona y su familia.
Este artículo ha sido elaborado por los Servicios Sociales en colaboración con el Centro de Mayores y, para ello, se ha utilizado la información contenida en los siguientes enlaces (pínchalos si quieres más información):

IMSERSO.

Gobierno de Aragón.

Junta de Castilla y León.

Gobierno de Cantabria.

ONU.