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La intervención desde Servicios Sociales puede definirse como un proceso de ayuda, realizado por un profesional, dirigido a acompañar y orientar a las familias cuando el problema surge y se detecta, pero también trabajar para enseñarles a prevenir las situaciones de riesgo.
Desde este enfoque es necesario abordar el problema de la drogodependencia como responsabilidad compartida tanto por la persona como por el entorno social, que tiene el compromiso de articular los medios necesarios para abordarlo.
El uso de drogas ha estado siempre presente en nuestra sociedad, por lo tanto, es necesario articular una respuesta plural e integral, a través de estructuras y procesos de coordinación entre los diferentes servicios, programas e instituciones con responsabilidad en alguna o algunas de las parcelas que forman parte de la realidad de este fenómeno, para poder ofrecer respuestas adecuadas a las diferentes realidades, personales, familiares y sociales.
Desde Servicios Sociales tenemos claro que el trabajo en red es fundamental para mejorar los procesos de atención a las personas con trastornos adictivos por consumo de sustancias y a sus familias.
El objetivo de nuestra intervención es
apoyar a la persona, entender su situación, necesidad o problema, promoviendo el desarrollo de sus potencialidades y autonomía para llevar a cabo acciones que sirvan para eliminar las causas de la situación de malestar.
Nuestra premisa fundamental es respetar y conocer la situación del usuario estableciendo un clima de diálogo y comprensión, de respeto y aceptación sin reproches ni juicios de valor, que le ofrezca confianza.
También es fundamental desarrollar el sentido de responsabilidad y de compromiso en la resolución de los problemas promoviendo una participación activa y consecuente en todos los niveles de la toma de decisiones.
En Servicios Sociales el reconocimiento de los problemas derivados del consumo de drogas se puede producir a partir de:
· La detección directa, se realiza a través de las demandas explícitas, sobre problemas relacionados con el consumo abusivo de drogas, formuladas a los servicios sociales a través de: los familiares, los propios afectados u otros servicios o agentes sociales.
· La detección precoz, desarrollando programas comunitarios y de cooperación con la iniciativa social, estrategias de prevención comunitaria de carácter informativo, formativo y participativo, que requieren la coordinación con otros servicios y la cooperación y colaboración con las organizaciones comunitarias y de iniciativa social. La población afectada indirectamente por el consumo abusivo de drogas: los hijos/as de drogodependientes, los niños/as en acogimiento familiar, etc.
· Detección indirecta y captación de casos problemáticos. La detección de los casos ya expuestos a la toxicomanía con consumos abusivos o problemáticos, que no reconocen su adicción o la de aquellos sectores que por su marginalidad o lejanía de los servicios institucionales no acceden a éstos. En algunos casos, esta detección se podrá realizar de manera “indirecta”, a través de las demandas formuladas a los servicios sociales para la resolución de otros problemas, que en principio no aparecen relacionados con los problemas de drogas, pero que el profesional a partir del análisis y valoración que hace de los mismos, puede llegar a detectar.
A partir de una primera valoración y pronóstico del caso, se diseñará la intervención posterior orientada a proporcionar la atención y/o el tratamiento que cada caso requiera, bien canalizando la demanda de ayuda, derivándola a otros servicios especializados en toxicomanías, o bien asumiendo el propio profesional de servicios sociales la intervención.
Pero la derivación del caso desde los servicios sociales, no significa desentenderse del mismo, ya que pueden existir otros problemas colaterales, familiares, sociales, etc., ante los que habrá que establecer un plan de intervención conjunta con los servicios especializados, de cara a prestar los apoyos comunitarios y proveer el acceso a los recursos normalizados que faciliten la inserción de los casos en tratamiento, y el retorno a la comunidad.
En este sentido, cabe destacar las siguientes intervenciones desde los Servicios Sociales:
· Ayuda en el restablecimiento individual, familiar y social.
· Organización del acceso a los recursos de la zona.
· Apoyo y supervisión en las reinserciones en la comunidad.
· Identificación del apoyo y la ayuda propios de los cuidados informales.
· Ejecución y realización de tratamientos familiares y articulación de su seguimiento.
Por otra parte, habrá casos en que no sea necesaria la derivación y que puedan ser susceptibles de atención a nivel comunitario, proporcionando ayuda y apoyo en el restablecimiento individual, familiar y social y facilitando el acceso a los recursos y redes de apoyo formal e informal.
En otros casos también será necesaria la intervención de los Servicios Sociales en la re captación de usuarios tras la recaída en el consumo o el abandono del tratamiento de cara a reincidir en el mismo.
En el tratamiento de los problemas derivados del consumo de drogas cobra especial importancia la intervención con las familias, ya que su inclusión en el tratamiento se convierte en una necesidad ineludible, dado que el sistema familiar juega un papel importante en la etiología de los problemas del consumo abusivo de drogas, y también los problemas derivados de éste tienen enormes consecuencias en las relaciones y dinámica de la vida familiar.
La familia se convierte así en objeto de intervención, ya que la aparición de las drogodependencias hace necesaria la atención sobre el conjunto de sus miembros y no sólo de la persona afectada.
La familia necesita la orientación y el apoyo necesarios para mejorar su funcionamiento y ofrecer a la persona drogodependiente las orientaciones adecuadas y apoyo en el tratamiento, al tiempo que puede mantener la armonía y el equilibrio de las relaciones entre todos los miembros.
Por otra parte, si la familia es atendida y apoyada, se puede convertir en un recurso que favorece la rehabilitación del drogodependiente, ya que juega un papel importante en la detección del problema, en la búsqueda de soluciones (la mayor parte de las demandas de tratamiento provienen de las familias de los drogodependientes) y en el acompañamiento y seguimiento del tratamiento del familiar drogodependiente, así como en su rehabilitación y normalización.
Para Servicios Sociales, es fundamental intervenir desde una dimensión comunitaria ante el problema de las drogas, tratando de incorporar los recursos que posee cada persona, familia y comunidad en los procesos de resolución y prevención de los problemas sociales derivados del consumo abusivo de drogas, actuando a nivel individual, como familiar y elaborando estrategias que complementen sus recursos.