Cuando se analiza el porcentaje de mujeres que denuncian la violencia de género sufrida, los resultados de la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer 2015 muestran que sólo el 28,6% de las mujeres que han sufrido violencia de género ha denunciado su situación en la policía o el juzgado. Para que las instituciones puedan mejorar su ayuda y apoyo a las mujeres víctimas de violencia de género en el proceso de tomar la decisión de interponer una denuncia, es necesario conocer las causas por las que estas mujeres no denuncian a su agresor.
El objetivo principal del estudio “Sobre la inhibición a denunciar de las víctimas de violencia de género” es profundizar en el conocimiento de las motivaciones que impiden a las mujeres víctimas de violencia de género denunciar su situación de malos tratos y utilizar los recursos puestos a su disposición por las administraciones para su protección (servicios sociales, órganos judiciales y policiales, administración central, autonómica y local…).
En particular, se busca conocer si la falta de información adecuada, las consecuencias psicológicas de la violencia de género o la existencia de situaciones de vulnerabilidad sociales y económicas, funcionan como inhibidoras.
Las CONCLUSIONES más relevantes del estudio “Sobre la inhibición a denunciar de las víctimas de violencia de género” son:
- Principales motivos por los que las víctimas de violencia de género no denuncian a su agresor
- Diversos miedos
- Al maltratador y sus reacciones.
- Al proceso judicial
- A no ser creídas sobre todo en los casos en los que no hay lesiones físicas visibles.
- A que la protección que les ofrezcan no sea efectiva.
- A perder a sus hijos y/o hijas. .
- A no poder salir adelante ellas solas.
- A no tener medios económicos para poder atender a sus hijos.
- A no encontrar empleo
- A que las traten de modo prejuicioso por haberse mantenido en la relación.
- Vergüenza a reconocer las cosas que han tolerado.
- Denunciar implica reconocer que han sido víctimas de violencia de género. Además, todas coinciden en que nunca contarían determinadas cosas delante de un tribunal.
- No querer perjudicar al agresor: quieren evitar las repercusiones negativas que una denuncia puede tener en el estatus social y laboral del agresor. Muchas no quieren sentirse responsables de su ingreso en prisión ni que sus hijos y/o hijas o familia se lo reprochen. En general, no quieren hacer daño al maltratador, sino únicamente poder vivir tranquilas.
- No complicar las cosas, quieren terminar con la violencia de género y estar tranquilas. Piensan que denunciando la situación se complica. Prefieren soluciones alternativas a la vía penal.
- Culpabilidad: el sentirse responsables de estar sufriendo violencia de género.
- Según la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer 2015, el 9,22% de las mujeres víctimas de violencia de género no denunciaron a su agresor porque pensaban que ellas eran las culpables de la violencia sufrida.
- Temor a represalias: Las mujeres confían en que la justicia las protegerá si denuncian y sí creen en la efectividad de las medidas de protección.
- Presiones familiares o del entorno: la información y el mayor conocimiento sobre la violencia de género, conlleva una mayor concienciación social del maltrato que reduce las presiones de las personas cercanas a la víctima para no denunciar.
una situación de violencia de género:
- Es necesario respetar los ritmos de cada mujer y sus decisiones.
- Es fundamental fortalecer a las víctimas, ayudarles para que sean capaces de identificar lo que les está ocurriendo, y tratar las consecuencias de la violencia de género que han sufrido.
- Las situaciones de violencia de género, con sus peculiaridades y el deterioro psicológico y funcional que provocan en la víctima, precisan de una intervención inmediata para lograr el fortalecimiento y el empoderamiento de las víctimas que les permita salir de la violencia de género y, en el caso de las que hayan denunciado, mantenerse en su decisión.
- Es necesario que profesionales del derecho, medicina, psicología y trabajo social, acompañen a la víctima en todo el proceso pero, sobre todo, en los primeros momentos de su toma de decisión ya que suelen resultar los más complicados.
- Es necesario que todos los profesionales tanto del ámbito judicial (judicatura, fiscalía, abogacía, etc.) como del resto de sectores implicados (medicina, trabajo sociales, etc.) tengan una formación adecuada y continua en violencia de género.