La
historia dice que este hombre fracasó en los negocios y cayó en bancarrota en
1831. Fue derrotado para la Legislatura de 1832. Su prometida murió en 1835.
Sufrió un colapso nervioso en 1836. Fue vencido en las elecciones de 1836 y en
las parlamentarias de 1843, 1846, 1848 y 1855. No tuvo éxito en su aspiración a
la Vicepresidencia en 1856, y en 1858 fue derrotado en las elecciones para el
Senado. Este hombre obstinado fue Abraham Lincoln, elegido presidente de
Estados Unidos en 1860.
La lección es muy sencilla: sólo se fracasa cuando se deja de
intentar.
Extraído
del libro “La culpa es de la vaca” de Jaime Lopera Gutiérrez y Marta
Inés Bernal Trujillo (Compiladores).